Despertamos cuando sale el sol y nos dormimos al oscurecer. Somos animales diurnos, cuya vigilia o sueño depende de un reloj biológico. ¿Quién se habría imaginado que lo que sabemos acerca de este reloj iba a ser desentrañado investigando el comportamiento de una mosca? Se trata de la Drosophila melanogaster o, más comúnmente, mosca de la fruta. Acerca de este descubrimiento conversa Ramón Latorre con Michael Rosbash, quien junto a Michael W. Young y Jeffrey C. Hall recibió el Premio Nobel de Medicina en 2017 por el descubrimiento de un gen que codifica una proteína que se acumula durante la noche y se degrada durante el día, y que es el componente fundamental del reloj biológico de la mosca de la fruta. Lo asombroso es que los mismos principios descubiertos en la mosca se aplican a otros animales y plantas, incluyéndonos a nosotros.
Actividad en inglés subtitulada en español.