Pareciera que el hábito de preguntar surge del placer de entender, y compartir lo aprendido con los demás también suele ser placentero
Un físico teórico se lo pasa pensando en cosas que no tienen ninguna importancia práctica: si el universo tuvo un comienzo, ¿cómo pudo ser? ¿de dónde salió todo? ¿por qué el universo no siguió indefinidamente sin existir? Aunque algunas preguntas son más “concretas”, como: ¿por qué el espacio tiene 3 dimensiones y no 17 o 2? o bien ¿qué pasa si uno se cae a un hoyo negro? Pareciera que el hábito de preguntar surge del placer de entender, y compartir lo aprendido con los demás también suele ser placentero, como cuando un niño descubre algo y quiere contárselo a todos. Debe haber algo muy básico en el cableado de nuestro cerebro, algo muy adictivo, que ha permitido acumular y multiplicar socialmente el conocimiento, desde el uso del fuego hasta la biotecnología. Una adicción difundida entre los científicos y los niños, pero que podría estar presente en toda la población.
QUIENES PARTICIPAN

Adriana Valdés
Crítica literaria y traductora, una de las ensayistas más destacadas de Chile. Su trabajo crítico aborda diferentes disciplinas de las humanidades y expresiones artísticas, principalmente literatura y artes visuales. Estudió Castellano…
Leer más
Jorge Zanelli
Estudió en la U. de Chile y obtuvo su doctorado en la U. del Estado de Nueva York (EE.UU.) y su postdoctorado en el Centro Internacional de Física Teórica…
Leer másOTROS CONTENIDOS QUE PUEDEN INTERESARTE

Los misterios de la mente
La destacada neurocientífica brasileña Anna Christina Nobre, quien ha dedicado su carrera a comprender y medir el cerebro humano, abordó los resultados de sus innovadoras investigaciones, señalando los diversos recursos que utiliza nuestro cerebro para conseguir hacerse ideas de lo de que sucede en el entorno...