Un dispositivo que aspira a la legitimidad alimentando la desconfianza
Hablar de la crisis de la democracia es hablar de la historia de la democracia. No es que este sistema político haya estado siempre en peligro, sino que es un régimen volcado a su propia denuncia. Un dispositivo que aspira a la legitimidad alimentando la desconfianza. La amenaza de nuestro tiempo no es menor. No se trata de una crisis más. Umberto Eco hablaba de un fascismo eterno, de la inclinación a una política exaltada que, encumbrando a un líder y abrazando tradiciones, pretende anular el pensamiento. Hoy, estamos ante ese peligro. O al menos así lo argumenta el filósofo contemporáneo holandés Robert Riemen en su ensayo, razonablemente exagerado, El eterno retorno del fascismo. ¿Qué factores conspiran actualmente no solo contra las instituciones liberales sino también contra los presupuestos del debate y la convivencia pluralista?
QUIENES PARTICIPAN
Jesús Silva-Herzog
Licenciado en Derecho por la U. Nacional Autónoma de México y cientista político de la U. de Columbia, en Nueva York. Actualmente es profesor en la Escuela de…
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