Es común que inesperados e impredecibles focos de contaminación afecten el medio ambiente poniendo en riesgo nuestra esencia biológica
Los seres humanos tenemos la capacidad de interactuar favorablemente con el medio ambiente que nos rodea, nuestro ecosistema. La evolución de los organismos vivos está orquestada por la estrecha interacción de trillones de células que se comunican unas con otras, formando una estructura “física” microscópica, presionada e impactada, a su vez, por el medioambiente. Sin embargo, es común que inesperados e impredecibles focos de contaminación afecten el medio ambiente poniendo en riesgo nuestra esencia biológica. Frente a eso, nos vemos forzados a defendernos de la manera más eficiente posible. Nuestro cerebro, el órgano más preciado de nuestro organismo, se defiende (e incluso pelea de vuelta) ante estos peligros utilizando sorprendentes mecanismos: una poderosa maquinaria de guerra compuesta por átomos, moléculas y células capaces de hacer retroceder, evitar amenazas o incluso experiencias placenteras que se acumulan con el tiempo como cicatrices imborrables.
QUIENES PARTICIPAN

Gianvito Martino
Jefe de la división de Neurociencia en el San Raffaele Scientific Institute de Milán. Profesor de la Escuela de Medicina y…
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