Mostrar cómo las pérdidas patrimoniales de una nación no solo restringen el avance cultural en su conjunto, sino que también estancan el desarrollo científico
La bandera original de Chile, aquella con la que se firmó nuestra independencia hace 200 años, esconde un diseño geométrico extraordinariamente elegante y vanguardista. El primer científico formado académicamente en el país fue un matemático. El primer libro de divulgación de esta ciencia, Matemática y poesía, fue escrito en la década de los años 40. ¿Qué tienen en común estas historias? El haber sido episodios ignorados en su tiempo. Hasta el día de hoy, se desconoce quién concibió nuestra bandera; tampoco se sabe cuándo ni dónde murió Ramón Picarte Mujica, el primer matemático chileno; y el texto divulgativo pionero de Arturo Aldunate Phillips no recibió crítica especializada alguna en los medios oficiales. A través de estos tres ejemplos, intentamos mostrar cómo las pérdidas patrimoniales de una nación no solo restringen el avance cultural en su conjunto, sino que también estancan el desarrollo científico. En un viaje desafiante, imaginamos un país donde estas ideas hubiesen estado siempre presentes.
QUIENES PARTICIPAN
Andrés Navas
Doctor en Matemáticas de la Escuela Normal Superior (Lyon), post-doctorado del Instituto de Altos Estudios Científicos (París), académico de la U. de…
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