La representación de una víctima o un condenado adquiere el valor de un testimonio de naturaleza casi jurídica
En los últimos años de su vida Francisco de Goya tituló varias de sus estampas y algunos de sus dibujos acompañando su firma con un “Yo lo vi”. La frase aparece en algunos de sus más terribles composiciones como Los desastres de la Guerra, y en algunos dibujos del Álbum de la Inquisición compuesto en los años posteriores a la Guerra de la Independencia en España. En todos estos casos, la representación de una víctima o un condenado adquiere el valor de un testimonio de naturaleza casi jurídica, convirtiendo al artista y a los espectadores en sus testigos. Esta nueva fórmula “testimonial” del arte goyesco ha sido tradicionalmente considerada como uno de los rasgos más radicales de su modernidad, anticipando la práctica del fotoperiodismo. Esta idea asume que la relación entre realidad e imagen es directa; que la representación es transparente e inmediata. Sin embargo, entre la fecha de los dibujos de Goya y los acontecimientos que representa se extiende un largo lapso temporal, de varias décadas incluso. Esta conferencia intentó explorar este hiato temporal, y reconsiderar los testimonios goyescos en relación a la memoria traumática de la experiencia vivida.
QUIENES PARTICIPAN
Felipe Pereda
Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, completó sus estudios en la U. de Harvard. En 1994 se licenció en Filosofía y Letras…
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