El laboratorio de las ideas produce resultados fecundos
La vida intelectual se desarrolla en un espacio reducido: la mesa donde un autor lee y escribe. Sin embargo, las condiciones que permiten ese ejercicio son complejas y, a veces, indescifrables. Numerosos escritores han entendido su trabajo como una forma de placer, pero también de condena. ¿Hasta dónde es libre y autónomo el creador? ¿Hasta qué punto se somete a impulsos externos? El laboratorio de las ideas produce resultados fecundos, pero también tensiones e inquietudes psicológicas. Para sobrellevar sus demonios, algunos autores han buscado arriesgados estímulos. Otros, incluso, se han asomado a la locura. Los casos extremos de neurosis creativa ayudan a comprender los límites de la inteligencia y los daños que percibe. ¿Estamos ante un don o una enfermedad con síntomas positivos? ¿El arte se cura a través de sí mismo? Estos son los enigmas en torno a una mesa de trabajo.
QUIENES PARTICIPAN

Juan Villoro
También es ensayista, autor de libros infantiles y traductor. Fue jefe de redacción de Pauta y director de La Jornada Semanal. Profesor de Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)…
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